La Editorial Unicornio publicará en breve Aedas en el estadio, una antología en la cual poetas cubanos le cantan al béisbol, aseguró Raúl Hernández Ortega, uno de sus compiladores junto a José Antonio Taboada.
Cuentos de pelota, eso es suficiente para que un cubano tome el libro y se sienta bate en mano. Por eso, la notable aceptación de Escribas en el estadio y la nueva antología sobre béisbol, ahora de poesía y a cargo de la Editorial Unicornio. Aedas en el estadio nos ofrece un lugar privilegiado en las gradas —o en sus páginas— para ver lanzar a José Méndez, «El Diamante Negro», o batear y pitchear a Martín Dihigo, «El Inmortal». Este volumen incluirá textos de nuestro poeta nacional Nicolás Guillén, de Roberto Fernández Retamar y Carlos Esquivel, entre otros.
Sin embargo, ya sea en prosa o en verso, la singularidad que distingue a ambas antologías (más allá de los excelentes autores reunidos), es un denominador común: Raúl Hernández Ortega, escritor habanero en medio de un año estupendo, pues otros tres libros suyos serán publicados en apenas unos meses.
Aliblanco, una noveleta para jóvenes; La trampa del tomeguín, con cuentos para niños y Soliloquium, de décimas, ya están casi listos para salir rumbo a librerías. Corresponde a las editoriales Gente Nueva, Ediciones Loynaz y Unicornio, respectivamente, convertir en realidad el anhelo de este ganador del Premio Hermanos Loynaz en su más reciente edición. Anteriormente, había publicado Lirismo con potros, El día del camello, Oficio de hombre y Un nido en el sombrero.
Hernández Ortega dirige el Centro de Promoción Literaria Félix Pita Rodríguez, de La Habana, la revista Habáname y la Editorial Unicornio. Pero le hubiera gustado ser pelotero.
Cuando niño, como no había otro sitio más acorde para jugar béisbol, igual le resultaba uno de los parques del centro de San Antonio de los Baños (municipio situado a 18 kilómetros de la capital). Muchas veces la pelota golpeó a los ancianos sentados allí. Nunca se la devolvían, así que hubo de ingeniárselas para recuperarlas: se les acercó, trabó una peculiar relación y escuchó sus historias. Entonces, comenzó a pensar en escribir aquellos relatos.
«¿Qué hacer para que un cuento por escrito no pierda la emoción que transmite una charla entre varias personas? Una de las cosas en que más medito es la manera de comenzar la historia. Cuando ya lo tengo, ella camina sola hasta un punto. La mayoría de las veces no sé cómo terminará, y eso me garantiza la sorpresa hasta a mí mismo.
«Cualquier historia mantiene el encanto si sabemos contarla. Una mala historia bien contada puede funcionar, si fuera a la inversa se pierde.
«¿Temas? Todavía pienso en escribir una novela desarrollada en Cuba, en los ’90, y que a la vez evite el lugar común entre lo discursado sobre esa época. Hacer algo similar a Balzac. Pero no hablar de delincuentes ni prostitutas, sino la historia de un día en la vida de una mujer que va a cocinar un caldero de frijoles, algo elemental apenas en apariencia.
«Sería una historia tremendamente humana, la tragedia de la mayoría de las personas en el mundo, que no van a una boutique ni tienen un automóvil, ni han podido viajar mucho más que algunos kilómetros. Reflejaría el acto casi épico de la mujer que vence el fogón apagado, al pie del cañón alimentando a la familia, a fines del siglo XX procurando conseguir el fuego, y en medio de todo… cariñosa con el marido, dándole un beso al hijo, colocándole la pañoleta».
Cierto que a este hijo del municipio de San Antonio de los Baños le fascina narrar. No obstante, tampoco se desprende de los versos. Casi a un tiempo anda en medio de tramas que entrecruzan aventura y suspense, y el estro de los poetas.
«Prefiero la narrativa. A veces pienso que un día no voy a escribir más poesía. Ahora la trabajo más en prosa; en ocasiones desaparecen los lindes, las marcas. La poesía te hace sufrir mucho, aunque el cuento es caminar por una cuerda floja.
«Me divertí mucho al escribir El emergente, para Escribas… Tremendamente satisfecho debe sentirse quien logre colocar un cuento en un libro sobre un tema que lo apasiona e incluya autores de la talla de Padura, Yoss, Alexis Díaz Pimienta, Miguel Terry Valdespino, Francisco García…, con prólogo de Félix Julio Alfonso e ilustración de cubierta del pintor batabanoense Vicente Hernández».
A la par de ambas maneras de decir, lo seduce también la literatura infantil.
«Es un acto complicado de creación si lo asumes responsablemente. Y has de interesar también a los adultos; porque ellos son los que compran el libro. Además, los niños requieren esmero en el tratamiento a las situaciones, el lenguaje… Me duele ver textos para ellos donde los tratan como si fuesen tontos. En lugar de eso, son muy sinceros y difíciles de atrapar por la mala literatura. Tienen mucha energía; si no los enganchas desde la primera página, nunca lo vas a lograr».
Y mientras se empeña en su propia obra, Hernández Ortega dedica también buena parte de su tiempo a promover la de los autores de la provincia mediante la editorial que dirige.
«La Habana cuenta con un notable grupo de escritores. No lo digo yo, ni los concursos son el único parámetro, pero autores habaneros han ganado el Cirilo Villaverde, Hermanos Loynaz, Regino Boti, Félix Pita Rodríguez, Razón de Ser, Nicolás Guillén, La Gazeta… No pueden haberse equivocado tantos jurados.
«La nuestra es una provincia especial. Algunos municipios acumulan una tradición cultural muy rica. Nadie debe de asombrarse de que San Antonio de los Baños cuente con determinado desarrollo cultural, cuando tiene en su historia más de cien publicaciones periódicas.
«Francisco García González, Miguel Terry Valdespino, Omar Felipe Mauri, Aisnara Perera y María de los Ángeles Meriño, José Antonio Martínez Coronel, Felicia Hernández, Andrea García Molina y otros, como Polina Martínez, que acaba de ganar el VII Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar 2008, componen un listado respetable.
«Unicornio publica aproximadamente 28 títulos al año: los premiados en el concurso Félix Pita Rodríguez y un balance genérico entre poesía, narrativa, teatro, investigación histórica y literatura para niños y jóvenes. Incluimos autores de los 19 municipios. La editorial nace en el año 2000 y ya suma más de 200 títulos.
«Implicamos, además, a otros como Serafina Núñez, Daniel Chavarría, Roberto Manzano, Jesús David Curbelo… Es un espacio para escritores más allá de la provincia, con la intención de prestigiar el catálogo de la editorial. No porque no baste con los nuestros. Mas, para cualquiera que publica por primera vez es un orgullo hacerlo donde han aparecido textos de estos autores».
Pronto, Raúl Hernández Ortega y Unicornio se irán al estadio. Y nos harán otro curioso regalo, el de los aedas habaneros, o los camagüeyanos, cubanos y del mundo como nuestro Guillén, que cierta vez escribió: «Niño, jugué al beisbol./Amé a Rubén Darío, es cierto,/Con sus violentas rosas/Sobre todas las cosas./Él fue mi rey, mi sol./Pero allá en lo más alto de mi sueño/Un sitio puro y verde guardé siempre/Para Méndez, el pitcher -mi otro dueño».
Joel Mayor Lorán
Fuente: CubAhora
Muy buen artikulo gracias x ensenarnos mas de la vida de este grande de la literarura